Estamos en septiembre, pero la vuelta no es rutina, es un reset.
Los pasillos, los ascensores y las salas de espera dejan de ser espacios rutinarios.
El regreso al trabajo nunca había sido tan imponente.
No es solo cuestión de volver, sino de cómo vuelves.
De entrar en septiembre con actitud, destacando de lo cotidiano.
